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TERRESTRIAL ARCHITECTURE

We have never been modern. ~Bruno Latour

We have never been modern, scientific, global, political, intellectual, academic, abstract, colloquial, or glamorous. We are not separate from each other or the earth or the planets. We even have tiny planets inside us, as glands necessary to operate the corporeal body and the ephemeral bodies simultaneously. These inner organs speak with the greater organs as a system of parts. Parts of a community in the sum in an expanded field. We are Terrestrial. We seek serendipity between the categorical divides of the nexus: landscape, architecture, urbanism, art, and sacred places.

Your local community is a global phenomenon. A plateau of paradigms across borders and categories. The social currency of community is Novelty; inconclusive but irresistible, economical, ergonomic, and ecological. A polymorphous exchange with “the foreign” creates a contagious matrix of Novelty, and our sense of Agency is the recognition we still exist with our ancestors simultaneously. Culture maintains ideologies that we are separate from Nature, however complex we think we have become, but we are still not autonomous and we are not that local either, just specific, in that specific way.

We, in pursuit of a brilliant sanity, propose a Terrestrial Architecture, neither global, regional, local, or categorically contained, yet still capable of Heritage. We defend the audacity to declare a point in space as a place for the possibilities: to know, to dwell, to contemplate. We seek to build an alignment with the body and the planet; the mind and the sky; the heart and the place.

Terrestrial Architecture is the diurnal technology of the equinoxes and solstices and the substrate for a phenomenology of Light. Light, both waves and particles. Terrestrial Architecture is synthesis of modes of inquiry to invent ways of living; a new heuristic for sense-making, to cultivate an experience of Novelty in daily life and daily light. We are not the stewards of this land, we are the land itself, meandering around as our grandchildren’s ancestors.

ARQUITECTURA TERRESTRE

Nunca hemos sido modernos. ~Bruno Latour

Nunca hemos sido modernos, ni científicos, ni globales, ni políticos, ni intelectuales, ni académicos, ni abstractos, ni coloquiales, ni glamorosos. No estamos separados ni de los demás, ni de la Tierra, ni de los planetas. Incluso tenemos planetesitas dentro de nosotros, como glándulas necesarias para operar el cuerpo carnal y los cuerpos efímeros al mismo tiempo. Estos órganos internos hablan con los órganos grandes como un sistema de partes. Partes de una comunidad en la suma de un campo expandido. Somos Terrestres.

Buscamos serendipia entre las divisiones categóricas del nexo: paisaje, arquitectura, urbanismo, arte y lugares sagrados. Tu comunidad local es un fenómeno global. Una meseta de paradigmas a través de fronteras y categorías. La moneda social de la comunidad es la Novedad; inconclusa pero irresistible, económica, ergonómica y ecológica. Un intercambio polimorfo con "lo ajeno" crea una matriz contagiosa de Novedad, y nuestro sentido de Agencia es el reconocimiento de que seguimos existiendo con nuestros ancestros simultáneamente.

La cultura mantiene ideologías que nos separan de la Naturaleza, por muy complejos que creamos que nos hemos vuelto, pero no somos autónomos ni tan locales tampoco, solo específicos, en esa forma específica.

Nosotros, en pos de una brillante cordura, proponemos una Arquitectura Terrestre, ni global, ni regional, ni local, ni categóricamente contenida, pero aún capaz de Herencia. Defendemos la audacia de declarar un punto en el espacio como un lugar para las posibilidades: conocer, habitar, contemplar. Buscamos construir una alineación con el cuerpo y el planeta; la mente y el cielo; el corazón y el lugar.

La Arquitectura Terrestre es la tecnología diurna de los equinoccios y solsticios y el sustrato para una fenomenología de la Luz. Luz, tanto ondas como partículas. La Arquitectura Terrestre es síntesis de modos de indagación para inventar formas de vivir; una nueva heurística para la creación de sentido, para cultivar una experiencia de Novedad en la vida diaria y la luz diaria. No somos los guardianes de esta tierra, somos la tierra misma, vagando como los ancestros de nuestros nietos.